Youtube, el falso mecenas

Va una reflexión que me surgió después de ver una charla Tedx por Youtube.

Hace poco se viralizó un post en Facebook, en el que los músicos compartían su canal de Youtube pidiendo que sus colegas músicos se suscribieran a cambio de ellos hacer lo mismo, con la premisa de que de esta manera Youtube los acabaría ayudando económicamente en esta época de crisis.

Yo escribí un texto en el que daba mi opinión al respecto, únicamente refiriéndome a la parte de la publicación que hablaba de la plata que supuestamente recibirían por Youtube si conseguían que otros músicos se suscribieran a su canal; lo que escribí no tenía nada que ver con si crear comunidad y apoyarnos los unos a los otros era importante o no. Básicamente lo que decía en mi publicación, es que para conseguir ganar algo con Youtube hace falta tener no solo unos cuántos amigos suscribiéndose a nuestros canales, sino tener muchísimos videos publicados y un flujo de visualizaciones ENORMEMENTE GRANDE mensualmente.

Yo puedo poner todo mi empeño en que mi canal de Youtube crezca -y de hecho vengo desde hace un tiempo trabajando duro en esa dirección-, y aún así la perspectiva que tengo de ganar un centavo está súper lejana todavía: y tengo los suscriptores necesarios, pero aún necesito acumular 4,000 horas de visualizaciones en un año para poder monetizar mi canal (ojo, solo para que exista la posibilidad de comenzar a ganar algo). El tema es que una vez tenga la puerta abierta y el canal quede habilitado para ser monetizado, tendré ahora que lidiar con la miseria que paga Google por los clicks que la gente haga en la publicidad que añadan a mi video; y lo más posible que esperar varios años hasta que tenga gane algo por ese medio que me ayude con al menos algunos de mis gastos mensuales.

Ok, caso cerrado. Hay gente que gana buena plata con Youtube, pero no son muchos los casos; y para llegar ahí  hace falta pasarse horas y semanas y años trabajando durísimo en el canal, tener mucha suerte para que algunos de los videos en él se viralicen, y probablemente pagar para que Youtube le muestre mi video a otros usuarios. Ni siquiera entiendo cómo podría conseguir que mis videos tuvieran más alcance en Youtube, cuando de alguna manera estoy obligado a subirlos también en otras plataformas (Instagram, Twitter, Facebook) para que lo vean quienes me siguen por esos medios; de alguna manera estoy poniendo a todos estos videos a competir entre ellos, y la posibilidad de que alguno en Youtube crezca mucho se vuelve aún más remota.

Pero, un minuto.

¿Por qué demonios tengo que romperme la cabeza haciendo música y videos que no solo me gusten a mí sino que sean para compartir con la gente a quien le gusta mi trabajo, para luego tener que cruzar los dedos para ver si algún día alguna empresa con la que además no tendré ningún tipo de relación, se decide a poner publicidad en estos videos y así de paso yo ganar uno que otro centavo miserable?

¿No tengo acaso mis propios canales de comunicación, mi lista de emails, mi Facebook, mi Instagram, mi canal de Youtube, mi página web, etc. para comunicarme directamente con la gente a quien le gusta y de alguna manera consume mi trabajo, y plantear un modelo en el que sea esa misma gente la que me de el centavo que voy a recibir en un par de años a través de una empresa a la que le importa un soberano carajo lo que hago? ¿Por qué seguir persiguiendo ese modelo del intermediario del intermediario del intermediario, cuando tenemos las herramientas para dar directamente con quienes nos quieren de verdad?

¿Saben cuántas vidas necesitaría yo para recoger los 35,000 dólares que recogí en mi campaña para mi disco de big band, si hubiera pretendido ganarlos a través de Youtube, Spotify, Google Ads, etc? Tantas que a la quinta reencarnación mi espíritu probablemente hubiese tirado la toalla. En cambio, a través de una campaña de un mes, conseguí que la gente a la que le gusta lo que hago fuera la que acabara financiando y sacando ese proyecto adelante; el disco ahora existe, yo no pedí ningún crédito, y por suerte ahora puedo pensar en nuevos proyectos.

No es una tarea nada fácil hacer que en un mundo en el que toda la música está disponible de manera gratuita, la gente (incluso la que nos apoya de verdad), entienda que para nosotros poder hacer música, necesitamos dedicar la mayor cantidad posible de nuestro tiempo a trabajar en ella; y que para hacerla, necesitamos poder vivir de lo que hacemos. Aún así, creo que vale la pena invertir en ir pasando ese mensaje de a poquitos, y estableciendo lazos fuertes con quienes nos siguen, pues creo la tubería se destapa de verdad es cuando realmente conseguimos que nuestros verdaderos “fans” nos apoyen para que podamos seguir dedicándonos a generar eso que a ellos les gusta y los hace sentir bien. Para poner otro ejemplo, yo comencé una página de Patreon hace poco (abajo de este Newsletter les dejo el enlace para que vean de qué se trata), y les puedo decir que con las 15 personas que se suscribieron en estas tres semanas que pasaron desde que comencé, ya recibo más que lo que probablemente me estaré ganando con mi canal de Youtube de aquí a cuatro años subiendo videos todos los meses. Y esa plata no me la está dando la empresa de algún millonario que está repartiendo centavos al azar por el cibermundo a ver si su producto se vende un 1% más… me está llegando directamente de la gente que me quiere y que me quiere apoyar porque le gusta mi trabajo.

Sigamos usando nuestros recursos para compartir nuestro arte y para cultivar relaciones sólidas con nuestra audiencia; creo mucho mucho más en esto que en estarle mendigando a intermediarios a quienes poco o nada les importa nuestro trabajo. Si hacemos lo que hacemos con honestidad y cariño, seguro le hará bien a alguien al otro lado también – y más en esta época de encierro! Si algo está demostrando esta etapa de pandemia global, es que todos necesitamos cultura, arte, música, entretenimiento.

Saludos!

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